9 señales de un jefe tóxico

¿Tu jefe es tóxico?

Amigos, esa es una pregunta que deberíais plantearos antes de que acabéis quemados. Pero, ¿a qué comportamientos deberías prestar atención? Aquí tienes 9 rasgos tóxicos que podrías identificar:

  1. Los directivos tóxicos exageran su contribución y minimizan la tuya. En otras palabras, quieren ser vistos como grandes por sus jefes sin reconocer tu valor, por lo que nunca ganas realmente ninguna exposición en tu empresa

  2. Son inmunes a la retroalimentación: sus métodos de trabajo tóxicos están justificados en su mundo, y si intentas señalar que tienen margen de mejora, lo desviarán hacia ti diciendo que no estás lo suficientemente motivado o implicado, que no entiendes la cultura de la empresa o las expectativas de los clientes (...). En resumen, tú eres el problema, y con el tiempo dejas por completo de darles feedback porque sabes que acabará así

  3. No quieren hacer el trabajo ellos mismos y sólo quieren supervisar. Delegan demasiado todo porque sienten que no tienen que hacerlo más o que está por debajo de su posición, incluso si la carga de trabajo es más de lo que puedes manejar sanamente

  4. Se comprometen con plazos en tu nombre sin calcular lo que es razonablemente factible

  5. No confían en ti y por eso te microgestionan. A menudo te controlan o interrumpen mientras trabajas para averiguar qué o cómo lo estás haciendo y te presionan con comentarios y entregables adicionales

  6. Sólo están a tu disposición cuando puedes serles útil. Si tienes una duda o necesitas ayuda, eso corre de tu cuenta, aunque su aportación te ayudaría a avanzar mucho más rápido

  7. Hablan a tus espaldas, no en un intento de averiguar cómo podrían gestionarte mejor, sino para hacer comentarios despectivos

  8. No encuentran ni una sola cosa buena que decir sobre ti: sus comentarios siempre son sobre lo que estás haciendo mal

  9. Su cargo importa más que sus habilidades. Así que, en lugar de mejorar sus rasgos de personalidad, se vuelven bastante manipuladores, ya que quieren que se les considere mejores que los demás. En ese sentido, podrían rechazar tus ideas aunque sean geniales, porque no han salido de ellos

    La cosa no acaba ahí, pero no importa si tienes todo esto en mente o no, porque en el fondo ya sabes en tus entrañas que estás tratando con un jefe tóxico. De hecho, tu bienestar se ha ido deteriorando gradualmente desde que empezaste a trabajar con él. Pero detrás del estrés que experimentas a diario, tu intuición intenta decirte que hay una alternativa.

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